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CÁNONES DE BELLEZA

 

CÁNONES DE BELLEZA

 

Probablemente Cleó de Mérode, nos diría cualquier cosa si hoy pudiésemos preguntarle por el significado de la expresión que encabeza esta parrafada. Ella debió saber de esos entresijos culturalmente fugaces como las nubes de febrero. 

 

Casi todo componente cultural sabe de la fugacidad de las aseveraciones más dogmáticas, sobre las que el paso inexorable de los tiempos, dejan en el olvido, o que como poco: cambian, perfeccionan, transforman, o readaptan a la actualidad más temporalizante.

 

Así pues, se presupone que el “canon de belleza”, si lo miramos desde el punto de vista artístico debe de ser una proporcionalidad del cuerpo humano, que estéticamente sea agradable a la vista, y por ende, casi perfecta. El famoso  Hombre de Vitrubio, simboliza algo de esto; Marilyn Monroe y James Dean, algo más actuales; Brad Pitt y Scarlett Johansson,  rabiosa actualidad.

 

Y he aquí que llegamos a concepciones actuales y se caen los viejos cánones; evoluciona la cultura, y evolucionan los estereotipos. Hace 30 o 40 años cualquier hombre o mujer que tuviese vello en la axila era natural y no era “feo”, ¡pero amigo!, hoy, ¿qué estás diciendo? 

 

Cualquiera podría a continuación hacer unas listas interminables, de “famosos” o “famosas”, que hoy son símbolos o ídolos (influencers), para las personas que aún se dejan cambiar sus criterios culturales no ya temporalmente, sino mensual o anualmente. ¡Todo va muy deprisa! 

 

Y he aquí que, modelos de pasarela esqueléticas/cos y escuchimizados/as; presentadoras/es de televisión jóvenes, pero tan delgados que sus cuellos se asemejan a tronchos de acelgas (con sus arruguitas incluidas); incluso princesas…, pasan a ser admirados como ejemplos, alejados totalmente del mencionado Hombre de Vitrubio, o Cléo de Mérode. 

 

Después de ésta mi percepción, solo quisiera animar a todos y a todas los/as que, en nada se asemejan a los citados ejemplos: ¡siéntanse cómodos, guapos, atractivos y un poco exuberantes incluso!, pero dejen de creerse que los cánones de belleza, son los otros. ¡No! Los auténticos, son los reales, los que viven en la puerta de al lado, los que a diario te saludan en tu trabajo, en tu barrio, y como no, los que tienes en tu propia casa. Todo lo demás es comercio, ¡Te lo aseguro!

 

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CLÉO DE MÉRODE (1875-1966)

 

Elegida Reina de la Belleza en las fotografías presentadas a los lectores del diario L'Illustration en 1896 entre 131 celebridades, entre ellas Sarah Bernhardt. Acrecentó su notoriedad con un toque de escándalo, el hecho de la exposición de la escultura La Danseuse de Alexandre Falguière en el Salón de los artistas franceses, hoy se encuentra en el Museo de Orsay.. Este desnudo en mármol blanco de mayor tamaño que el natural, para el que ella defiende no haber posado, «tan sólo para la cabeza», fue tallado a partir de un modelo en yeso, que pudiera, de forma dudosa, haber sido modelado a partir de un molde de su cuerpo.

 

 

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